Cada día se descubren más sustancias químicas antiadherentes tóxicas en el agua, los alimentos y los hogares. La investigación muestra que los productos químicos continúan amenazando la salud de nuestros niños, interrumpiendo sus hormonas, reduciendo la efectividad de las vacunas y más. Es esencial que limitemos la cantidad a la que estamos expuestos nuestros hijos y nosotros.
¿Qué son los productos químicos PFAS / Ftalatos/ Bisfenol A?
Las sustancias per- o polifluoroalquílicas, o PFAS, son una familia de miles de productos químicos utilizados para hacer recubrimientos antiadherentes (agua, grasa y repelentes de manchas) para una amplia gama de bienes de consumo y aplicaciones industriales.
Estos químicos son notoriamente persistentes en el medio ambiente y el cuerpo, y algunos se han relacionado con graves riesgos para la salud.
¿Por qué nos importa?
Estos llamados químicos antiadherentes en realidad permanecen por mucho tiempo, si no indefinidamente, en el medio ambiente y en las personas.
Su presencia se ha relacionado con una variedad de daños a la salud, incluido el aumento del colesterol, los cánceres múltiples y el aumento de peso.
Plantean riesgos adicionales para los niños. Los PFAS se ha relacionado con el bajo peso al nacer, la alteración endocrina, especialmente dañina en los niños que aún están en desarrollo, y el debilitamiento de la inmunidad infantil.
Una revisión reciente realizada por científicos del EWG mostró múltiples estudios que relacionan el PFAS con la efectividad reducida de las vacunas contra el tétanos y el sarampión en niños.
¿Dónde están?
Los productos químicos PFAS se agregan a algunos productos de cuidado personal, ropa y telas, empaques de alimentos y utensilios de cocina. Se encuentran en altas concentraciones en espumas de extinción de incendios utilizadas en aeropuertos y bases militares. Estas sustancias terminan en el medio ambiente después de ser desechadas, enjuagadas o usadas. Las instalaciones industriales las descargan al aire y al agua...
Debido a que los químicos PFAS no se descomponen, se propagan. Eventualmente, estos químicos terminan en nuestros hogares y cuerpos y en los cuerpos de nuestros niños. Se detectó PFAS en los alimentos, y hasta 110 millones de estadounidenses podrían tener agua potable contaminada con PFAS. Debido a que la exposición es tan generalizada, los bebés nacen con niveles detectables de PFAS ya en su sangre. Las pruebas de EWG mostraron múltiples compuestos de PFAS en la sangre del cordón umbilical de los 20 bebés evaluados.
¿Qué podemos hacer?
La expansión de la crisis de PFAS puede parecer insuperable, pero tomar medidas hoy puede reducir la exposición de los niños al PFAS y limitar el efecto de estos químicos en su salud y desarrollo. Que podemos hacer:
Tomar tantos pasos como sea posible ayudará a reducir el PFAS en su hogar, pero para realmente detener la marea de exposiciones tóxicas, la contaminación por PFAS debe detenerse en su origen. Los nuevos productos químicos de PFAS continúan ingresando al mercado y a nuestro entorno sin control.
Te recomendamos que veas este video para estar más y mejor informado de como combatir esta plaga que se cierne contra toda la humanidad.
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